Botellas de vino: tipologías y características

Botellas de vino: tipologías y características. Cada tipo de botella de vino tiene un nombre, que corresponde a una capacidad y una determinada forma, no solo las botellas de 0,75 litros (el formato estándar que todos conocemos). Aquí tenéis una breve guía acerca de los formatos, tipologías existentes y algo de historia
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Botellas de vino: tipologías y características

¿El tamaño importa? Cuando se trata de vino, ¡sí! En el complejo y fascinante mundo de la elaboración del vino, nada se deja al azar, ni siquiera la forma y el tamaño de las botellas que contienen el néctar de Baco. Cada tipo de botella de vino tiene un nombre, que corresponde a una capacidad precisa: las botellas de 0,75 litros (el formato estándar que todos conocemos) se denominan "botellas" mientras que las Magnum, igualmente conocidas pero quizás menos que las clásicas, contienen el doble del volumen de una estándar. Sin embargo, existen muchos otros formatos que contienen cantidades considerables de vino y que los expertos, pero también otros bebedores de vino, conocen muy bien y que son sobre todo para disfrutar en compañía. Si queréis saber más sobre las historia de la botella, podéis consultar nuestro articulo La Botella de vidrio: historia y curiosidades.

¿De qué vamos a hablar en este artículo sobre el vino?

Los formatos más pequeños

En cuanto al tamaño de las botellas de vino, vamos a describir la escala utilizada para Champagne, que es la más conocida y es prácticamente la misma (hay pequeñas diferencias) a la de los vinos no espumosos, empezando desde las botellas más pequeñas. El formato Demi contiene 0,375 litros, es decir, exactamente la mitad de la Botella estándar de 0,75, pero existen dos formatos aún más pequeños, es decir el Piccolo de 0,20 litros (a veces 187,5m) y el Chopin de 0,25. El formato que dobla la botella estándar es la Magnum de 1,5 litros, que generalmente se descorcha en ocasiones importantes. Muchos prefieren comprar este formato por varias razones que vamos a explicar en el siguiente párrafo.

 

Magnum

El principal motivo para optar por comprar o regalar una botella de vino en formato Magnum es la calidad del vino contenido y almacenado en estas botellas. De hecho, el formato Magnum tiene una capacidad ideal (1,5 l) para una perfecta conservación, evolución y afinamiento del vino. En concreto, una Magnum tiene una mejor relación entre el volumen de vino y la superficie expuesta al oxígeno, contrarrestando los peligrosos fenómenos oxidativos. Es decir, este formato permite que entre en contacto una menor cantidad de oxígeno con una mayor cantidad de vino de lo que, en proporción, puede garantizar una botella de capacidad estándar (0,75 l). Para entender este punto, considerad que, por lo general, el cuello y el tapón de una botella de formato Magnum tienen un diámetro igual o muy similar al de la botella estándar mientras que, como sabemos, su capacidad es el doble. En proporción al volumen, por tanto, la cantidad de vino en contacto con el oxígeno es mucho menor. Esto hace que la micro-oxigenación a la que se somete el vino sea más moderada y contenida en un Magnum, lo que se traduce en una evolución más lenta y controlada del líquido, un mejor afinamiento y mejor desarrollo de sus cualidades organolépticas y en una mejor conservación del vino. Esto es particularmente importante para aquellos vinos destinados a crianza que, de esta manera, pueden desarrollar todas sus propiedades y para los vinos espumosos de método clásico envejecidos en botella, para evolucionar al máximo y conservar su efervescencia y fino perlage.

 

Formatos grandes

También está el doble Magnum, llamado Jéroboam, cuya capacidad es de 3 litros. Más grande, ¿por qué no? Tenemos el Réhoboam, que tiene 4,5 litros, y el Mathusalem de 6 litros. Aún no hemos terminado: el Melchior contiene 8 litros, mientras que el Salmanazar llega a los 9 litros. A partir de aquí hablamos de los formatos extra-size, toneles más que de botellas: es el caso del Balthazar de 12 litros, el Nabuchodonosor de 15 litros, Melchor de 18 litros, Solomon de 20 litros, Sovereign de 25 litros y el Primato de 27 litros (también llamado Goliaht). Para terminar, el formato más grande de todos se llama Mechizédec y tiene una capacidad de 30 litros, que correspondería a 40 botellas del formato clásico. ¿Sorprendido?. Estos formatos grandes no son fáciles de encontrar. y suelen utilizarse para contener las burbujas, (el champán o los vinos espumosos de método clásico), aunque tampoco es una regla excluyente.

 

Los nombres bíblicos

Si has estado atento a la hora de jerarquizar los formatos, seguro que te habrás dado cuenta de que algunos de los nombres dedicados a las botellas más grandes son típicamente bíblicos. Jéroboam fundó la nación de Israel hace milenios. Réhoboam fue el primer rey de la provincia romana de Judea, mientras que Matusalén fue, según la Biblia, el hombre más viejo del mundo, que murió a la edad de 969 años. Salmanazar, Nabucodonosor, Salomon y Mechizédec fueron reyes bíblicos, mientras que Baltazar y Melchor fueron 2 de los 3 Reyes Magos que visitaron a Jesucristo recién nacido. Seguro que te apasiona esta pequeña lección de historia, así que una última perla: Goliaht (de donde toma su nombre el formato Goliat) era el gigantesco soldado que mató David (un joven que se convertiría en uno de los más grandes reyes de Israel) con su honda.

 

Las formas

Las botellas no se diferencian solo por su tamaño y capacidad, sino por las diversas formas que podemos encontrar en el mercado. El modelo más común en el mercado es la botella Bordelesa, procedente de la zona de Burdeos. Por lo general oscura para los vinos tintos y transparente o verde claro para los blancos, es la botella de vino por excelencia. La botella de Albeisa es típica del Piamonte y toma su nombre de la ciudad de Alba, en la zona de Langhe. Se usa para Barolo y Barbaresco; oscura, para favorecer la crianza, fue introducida en el siglo XVIII por los productores locales para diferenciar sus vinos. Su noble «prima» es sin duda la botella Borgoñona, muy parecida pero con un hombro más bajo y un cuerpo más barrigón. De color verde, se utiliza para los grandes vinos de Borgoña. La Botella Champán (en italiano Champagnotta), como su nombre indica, está dedicada a los vinos espumosos. La forma es muy parecida a la borgoñona, pero está mucho más hinchada en la parte central y tiene un vidrio más grueso, ya que suele tener que soportar una presión interna de 7/8 atmósferas.

 

Más formas

La botella Renana es un clásico para el vino blanco. Esbelta, noble, generalmente de color verde, toma su nombre de la zona de producción del vino del Rin en Alemania. Se diferencia de la versión Alsaciana porque es más alta y afilada. La botella denominada Porto, por supuesto, se utiliza, entre varios de sus usos, para vinos de licor españoles como el Jerez, portugueses como el Oporto o los fortificados del sur de Francia. Tiene diferentes tonalidades que van del verde al marrón y tiene un hombro bastante pronunciado. Para los italianos, el Ánfora es al verdicchio como para los franceses es a los vinos de Provenza. También se puede utilizar para almacenar aceite. Tiene una base pronunciada con un cuerpo contorneado, un hombro muy inclinado y un cuello corto. La botella Marsalese es la botella utilizada para almacenar Marsala. El vidrio es de color marrón oscuro o negro y la forma recuerda la tradicional de los vinos generosos. La botella de Bocksbeutel o Pulcianella, como se le llama en Italia, tiene una forma redondeada y un color verde. Poco común, se utiliza para vinos tintos de Franconia o para algunos vinos portugueses.

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