La bodeguita
La conservación del vino cuando compramos una botella de vino, que ha realizado una larga crianza o que queremos abrir en una ocasión especial, es algo muy importante y tendremos que tener en cuenta algunos detalles para que pueda llegar a nuestra mesa en perfectas condiciones. Si vivimos en un apartamento y no disponemos una verdadera bodega, lo ideal sería comprar una nevera adecuada para los vinos, con regulación de la temperatura y de la humedad, pero no todo el mundo puede permitirse la compra de un electrodoméstico de este tipo. ¿Entonces qué podemos hacer?
¿Cuánto tiempo podemos conservar el vino?
El tiempo de conservación depende de la calidad y la tipología de vino. Un vino joven y económico (blanco, rosado, tinto o espumoso) no será apto para un envejecimiento, de modo que es aconsejable beberlo pronto. Los cavas, por ejemplo, se deben consumir entre 6-12 meses del descorche máximo. Si es un Champagne millesimé o vintage puede durar más. Los tintos normalmente son más longevos, pero la capacidad de envejecimiento depende de su tipología: los jóvenes no durarán más de uno o dos años, mientras los vinos más tánicos y alcohólicos suelen poder envejecer más, sobre todo si han realizado una larga crianza. Si queréis saber más sobre la capacidad de envejecimiento del vino podéis consultar los artículos ¿Es siempre bueno el vino viejo? y La Crianza del Vino
Las condiciones de conservación
Por primera cosa que hay considerar: la temperatura y la luz. El vino sufre los cambios bruscos de temperatura y la luz. Intentemos conservarlo en un lugar fresco (16 – 18°C sería perfecto) y en la oscuridad. Importante que el lugar no sufra vibraciones (por ejemplo, un electrodoméstico o una cercana línea de ferrocarril). La posición: dejémoslo tumbado para que el corcho se mantenga hidratado y no se seque, y en en estanterías en posición baja (el calor suele subir hacia el alto). Sin embargo, tened en cuenta que en muchos lugares de la costa mediterránea española tenemos una humedad muy elevada, por lo tanto el tapón difícilmente se secará. La humedad de la bodega no debería superar el 70%. La etiqueta suele estropearse con el tiempo, así que podéis cubrirla con film trasparente, sobre todo para los vinos míticos.
Problemas
Los problemas más frecuentes que podemos encontrar con vinos de envejecimiento son los siguientes: que el vino se oxide, es decir, que el corcho deje pasar aire y, por lo tanto, el vino se estropee llegando a tener un color anaranjado (para los tintos) o ámbar (para los blancos) y presentando un olor acre a vinagre. También es posible que a lo largo de su conservación, la botella haya cambiado de propietario y de lugar, de modo que pueda haber sufrido altas temperaturas o transportes traumáticos y se haya estropeado. Otro problema frecuente es que nos pasemos con su fecha limite de envejecimiento y que ya esté decaído (ningún vino es eterno, él también tiene una fecha límite). Por ultimo, el corcho, que a menudo nos juega una mala pasada y que puede mandar en humo todo el dinero invertido en una botella importante. Si queréis saber más sobre los tipos de cierre, podéis leer el articulo Tipo de Tapones ¿Cuál es el mejor para el vino?
¿Una vez abierta?
El enemigo número uno de una botella abierta es el oxigeno. Incluso si volvemos a poner el corcho, siempre quedará aire entre el vino y el tapón, oxidando el vino. En pocas palabras, el vino rápidamente pierde todas sus características organolépticas y, además, se estropea irremediablemente. Vamos a ver unas sugerencias útiles para que pueda durar unos días y no seamos obligados a beberla toda en una vez.
Como conservar la botella abierta
Primer truco: conservar la botella en posición vertical (al contrario de lo que haríamos cuando está cerrada). De esta manera reducimos al mínimo la superficie del vino que se puede exponer a la oxidación. Segundo: la temperatura es un factor fundamental. Mantengamos la botella lejos de fuentes de calor y en un lugar obscuro y seco. La nevera también puede ayudarnos, ya que las bajas temperaturas ralentizan el deterioro del vino (sobre todo si hablamos de blancos, rosados y espumosos). Recordad que la temperatura de conservación no tiene nada que ver con la de servicio. Si queréis saber más a este propósito, leed el artículo sobre la Temperatura de Servicio.
Los tapones para conservar el vino
Evitemos utilizar el mismo corcho de la botella, a veces cortando trozos para que vuelva a su posición originaria (poniendo a riesgo la incolumidad de los dedos de la mano). ¡Es un error! Y menos con los tapones sintéticos. Sin embargo, en el mercado se pueden comprar por pocos euros tapones que, juntos con una pequeña bomba, permiten extraer el aire contenido en la botella consintiendo alargar la vida de un vino unos 3 o 4 días más. Este sistema no funciona con los espumosos que tienen tapones específicos para permitir un cierre hermético.
El Coravin
Para terminar, el Coravin es una herramienta bastante cara pero muy útil si queremos beber grandes vinos (y muy caros) sin que se estropeen. Tiene una aguja que perfora el corcho (es decir que no es necesario abrir la botella) y en el mismo momento que extrae el vino, introduce un gas inerte que mantiene el vino prácticamente en su estado originario sin ninguna alteración. Pero eso depende de vuestra capacidad económica y de los valiosos que sean vuestros vinos.
Curiosidades
El método de nuestros abuelos para evitar que se perdiera el gas de una botella de Cava una vez abierta utilizando una cucharita puesta en la apertura de la botella, es una operación totalmente inútil. Únicamente si la cucharita fuera congelada (y se mantuviera congelada todo el tiempo) posiblemente se impediría la fuga del carbónico del vino, cosa imposible de realizar. De modo que, utilicemos tapones con cierre hermético para espumosos, es la cosa mejor.