Aunque en el Chianti se produce vino desde hace dos milenios, la zona fue codificada, tal cual la conocemos hoy, el 24 septiembre de 1716 por el gran duque de Toscana Cosme III de’ Medici, que dividió este territorio en los que hoy en día son los actuales municipios de Radda, Castellina y Gaiole en provincia de Siena. En 1932 se añadieron otros territorios colindantes, creando lo que hoy delimita el confín del Chianti Classico DOCG.
Existe una leyenda sobre el origen del símbolo del Gallo Negro. A principios del siglo XIV, los ciudadanos hostiles de las ciudades-estado de Siena y Florencia quisieron poner fin a sus eternas guerras fronterizas y determinar las zonas de influencia mediante una competición. Al canto del primer gallo, dos jinetes, uno de Siena y otro de Florencia, debían partir: el lugar donde se encontraran, sería la frontera definitiva entre las dos ciudades. Los sieneses tenían un gallo blanco, al que sobrealimentaban para que engordara y se volviera perezoso y durmiera durante mucho tiempo. Los florentinos, en cambio, tenían un gallo negro al que mataban de hambre y guardaban en una jaula oscura, para que empezara a cantar muy pronto y así pudiese salir muy pronto. Por este motivo, su jinete pudo empezar mucho antes y se encontró con su oponente a solo ya 15 kilómetros de Siena, en Fonterutoli. De este modo, Florencia se hizo con gran parte de la región del Chianti. Así nace el emblema del Chianti Classico.
El estilo del Chianti que conocemos hoy en día se debe al legendario barón Bettino Ricasoli (1809-1880), que recomendaba la Sangiovese como variedad de uva principal (75%, para el sabor y la fuerza) y la Canaiolo Nero (15%) para la moderación, además del uso minoritario de otras variedades blancas, hoy prohibidas.
En 1967 se creó la DOC Chianti, que en 1984 se convirtió en DOCG. Bajo la denominación genérica Chianti DOCG se han creado varias sub-denominaciones para amparar la producción del Chianti que siempre se ha difundido ampliamente en todos los territorios que rodean la zona clásica. Si queréis saber más acerca de la ordenación del territorio en Italia, podéis hacer click en este artículo muy interesante acerca de las Denominaciónes de Origen italianas.
La zona histórica y más céntrica ha sido nombrada Chianti Classico (clásico), donde ha nacido el Chianti, y está repartida entre las provincias de Siena y Florencia. Junto a los tres municipios ya citados (Radda, Castellina y Gaiole), se añadieron Greve, Barberino Val d’Elsa, Poggibonsi, Castelnuovo Berardenga, San Casciano y Tavernelle Val di Pesa. Su símbolo es el gallo negro y allí se producen los vinos más prestigiosos de la denominación. En nuestro catálogo disponemos de dos Chianti Classico DOCG, el Setriolo base y su Riserva, dos vinos increíbles que podéis comprar directamente desde aquí.
Alrededor de la zona clásica, están bien definidas otras 7 sub denominaciones, distribuidas en las provincias de Siena, Florencia, Pisa, Arezzo, Pistoia y Prato: Colli Aretini, Colline Senesi, Chianti Rufina, Colline Pisane, Montespertoli, Chianti Montalbano y Colli Fiorentini. Cada una de ellas tiene su singularidad y un estilo propio.
Los vinos Chianti están elaborados con entre un 80 % y un 100 % de uva Sangiovese; las normas de producción difieren en cada subárea y categoría, siendo las más permisivas las del Chianti (genérico) y las más rígidas las del Chianti Superiore; aun así, hasta un 20 % de variedades autóctonas como el Colorino y el Canaiolo, o foráneas como el Cabernet Sauvignon, Merlot o Syrah podrían ser utilizadas.
Según el pliego de normativas de la DOCG, existe la posibilidad de embotellar como Chianti DOCG de añada (cosecha), el Superiore y el Riserva. Ambos se determinan según el tiempo de envejecimiento del vino que normalmente tiene lugar en toneles o barricas de roble.
Es un vino dulce que generalmente se elabora a partir de las variedades blancas Malvasía del Chianti y Trebbiano Toscano. Existe una versión tinta, llamada Occhio di Pernice, que se hace utilizando la Sangiovese. Se realiza a través de un delicado proceso natural de deshidratación y una larga crianza. Debe envejecer durante al menos 3 años en pequeños barriles, a menudo realizados con diferentes tipos de madera y que localmente se llaman “caratelli”. Ahí se fermentan con numerosos ciclos estacionales y, al mismo tiempo, se crían. Si queréis comprar nuestro estupendo Vin Santo, podeís hacer click aqui: Vin Santo Riserva del Chianti Montalbano Millarium .
En la actualidad, este territorio cuenta con aproximadamente 3.000 empresas diseminadas sobre una superficie vitícola de unas 15.500 hectáreas, que cada año representan un promedio de producción que roza la increíble cantidad de unos 100 millones de botellas.
El Chianti D.O.C.G. es hoy un vino de un vivaz color rojo rubí translúcido y que tiende al granate con el añejamiento. De sabor seco, con cuerpo, ligeramente tánico, marcada acidez (características de la Sangiovese)y con un aroma intenso y elegante que recuerda con frecuencia notas de violeta y pequeños frutos rojos. Si quieres saber más acerca del análisis organoléptico del vino, puedes consultar este articulo: Cata de Vino Como Disfrutar
El Chianti puede ser consumido como vino joven, todavía un poco vivaz, fresco y agradable al paladar, con taninos altos y afinados, con boca atractiva y un poco desenfadada, difícil de igualar en el mundo. Pero también se puede envejecer y entonces se notará sin duda otro aspecto de su gran personalidad ante un mediano y largo añejamiento, en el que maduran el color, el aroma y la complejidad del sabor, los taninos se redondean y se amalgaman los volúmenes en boca. Los refinados claroscuros de la tierra toscana se encuentran en este vino, uno de los principales símbolos universales del «made in Italy». Recomendamos el uso de una copa de medio/grande tamaño para tintos y servir a una temperatura de 16-18ºC.
Los vinos del Chianti generalmente maridan bien con platos de carnes rojas, como carnes estofadas o con salsa. Algunas subzonas, como el Chianti Montalbano o el Colli Senesi, por ejemplo, funcionan muy bien con los embutidos de la zona y con las sopas a base de cereales (minestra di farro). El Chianti Riserva DOCG es un vino más estructurado y complejo, ideal para acompañar platos de carne roja a la parrilla o asada, como el chuletón florentino (la bistecca alla fiorentina) o el jabalí guisado. Por supuesto funcionan con todos quesos curados.
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